
Aunque llevemos una alimentación equilibrada, la deficiencia de magnesio es una realidad creciente a nivel mundial. Estudios muestran que incluso personas sanas, sin patologías, pueden tener niveles subóptimos debido a un problema más profundo: la calidad de los suelos agrícolas. El uso excesivo y sostenido de fertilizantes químicos ha empobrecido los minerales disponibles en frutas, verduras y granos, reduciendo significativamente el contenido de magnesio en los alimentos (Thomas D., Journal of Complementary Medicine, 2007).
Frente a esta realidad, la suplementación se vuelve una herramienta funcional. El magnesio usado en suplementos suele obtenerse a partir de sales naturales extraídas del agua de mar o de depósitos minerales (como la magnesita o dolomita), que luego se procesan para obtener distintas formas: algunas más efectivas que otras.
Entre las más estudiadas están el magnesio bisglicinato, por su excelente absorción y tolerancia digestiva, y el magnesio L-treonato, desarrollado en el MIT, que es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica y mejorar funciones como la memoria, el enfoque y la plasticidad neuronal (Liu et al., Neuron, 2016).
Acá te explicamos los distintos tipos de Magnesio:
Tipo de Magnesio | Características principales | Nivel de absorción / efecto |
---|---|---|
Óxido | Económico, efecto laxante | Muy bajo / casi nulo a nivel celular |
Citrato | Algo más absorbible, buen efecto digestivo | Medio / usado para estreñimiento |
Bisglicinato | Calma, relaja sin irritar | Alto / ideal para sistema nervioso |
L-treonato | Enfocado en funciones cerebrales (memoria, foco) | Muy alto / llega al cerebro directamente |
¿Y qué usamos en nuestro Keep Mag Brain?
Usamos dos formas altamente especializadas y complementarias:
- Bisglicinato de magnesio, que ayuda a relajar el sistema nervioso, mejorar el sueño y regular la respuesta al estrés sin alterar tu digestión.
- L-Treonato de magnesio, desarrollado en el MIT, diseñado para atravesar la barrera hematoencefálica y actuar directamente en el cerebro, apoyando la memoria, la concentración y la plasticidad neuronal.
Lo que dice la ciencia (y lo que marca la diferencia)
Investigaciones recientes han demostrado que no todos los magnesios actúan igual en el cuerpo, y mucho menos en el cerebro. El magnesio L-treonato, desarrollado en el MIT, ha mostrado ser capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y mejorar funciones cognitivas como la memoria, la concentración y la plasticidad neuronal (Liu et al., Neuron, 2016).
A su vez, el bisglicinato de magnesio es altamente absorbible y bien tolerado, ideal para calmar el sistema nervioso, mejorar el descanso y apoyar la regulación emocional sin causar molestias digestivas (Walker et al., Magnesium Research, 2003).
Por eso, si alguna vez sentiste que el magnesio “no te hizo nada”, no es que no funcione… es que no estabas usando el adecuado. El tipo importa. Mucho.
Y cuando eliges uno que realmente llega donde tiene que llegar, los cambios se notan.